Lo creas o no, la idea de hacer un filme basada en
Sonic tiene su germen ocho años antes de que el erizo azul existiera. Hay que echar la vista atrás hasta 1983, cuando
Mattel pensó que sus juguetes de la línea 'Masters del universo', cuya historia se había contado a lo largo de minicómics incluidos dentro de las propias figuritas, podía beneficiarse de una serie de dibujos animados en la que amplificar tramas, personajes y llegar a todos los niños del mundo. Exacto: la añorada 'He-Man' solo era una excusa para vender juguetes, igual que 'Transformers', 'Los osos amorosos', 'G.I. Joe' o 'Mi pequeño pony'. La nostalgia siempre está revestida de capitalismo.
La idea fue un éxito absoluto, y la línea de muñecos con He-Man, Skeletor y compañía se convirtió en uno de los mayores éxitos de los consumistas (y añorados por muchos) años 80. Y no fueron pocos los que tomaron nota de lo que podía pasar si las sinergias entre diferentes medios se hacían de manera correcta. Una de esas personas fue Michealene Risley, solo un año a continuación del presentación del primer 'Sonic' para Mega Drive, fue elegida como directora de entretenimiento de Sega. Y estaba dispuesta a cambiarlo todo.
Risley, aprendió del éxito de 'He-man' y de su labor para entrar por los ojos a todos los niños tanto como el director de Sega en aquel momento, Tom Kalinske. Su primera decisión conjunta estaba clara: hacer no una, sino dos series sobre 'Sonic' en la cadena ABC.