Tenemos a la vuelta de la esquina una nueva entrega del universo de
Dying Light y todo comenzó hace ya 10 años con el primer videojuego de
Techland. La desarrolladora polaca creó un mundo repleto de zombis en el que el parkour es fundamental para sobrevivir, por lo que quiso dar a conocer la obra con una campaña muy llamativa.
Concretamente con
My Apocalypse Edition, una de las ediciones coleccionista más caras de la historia de los videojuegos, y que costaba la friolera de 250,000 dólares que incluía cuatro copias del juego. Sin embargo, la aventura era casi lo de menos, pues existían multitud de añadidos y regalos de un valor enorme. Eran los siguientes:
- La posibilidad de que el comprador tuviera su rostro en el juego.
- Una estatua de tamaño real de un Volatile.
- Clases de parkour con un equipo de freerunning.
- Unas gafas de visión nocturna.
- Un viaje con todos los gastos pagados a las oficinas de Techland.
- Cuatro copias firmadas del juego.
- Un refugio de supervivencia a prueba de zombis, diseñado a medida.
Techland se preocupó de añadir prácticamente cualquier cosa que se les pasase por la cabeza y, quizás, alguien a quien le sobrase mucho el dinero. Sin embargo, la realidad es que nunca nadie se atrevió a desembolsar el tremendo montante, tal y como recogen desde Insider Gaming.