Los relojes atómicos han supuesto un antes y un después en nuestra capacidad para medir el tiempo de forma ultraprecisa. Este tipo de relojes son precisos a tal nivel que algunos de los más exactos se desacompasarían en menos de un segundo en el tiempo en el que el
universo lleva existiendo. A pesar de ello, estos relojes no son lo suficientemente precisos para resolver una de las incógnitas más importantes en la física.
Más cerca del reloj nuclear. Ahora sin embargo nos encontramos un poco más cerca de lograr un hito que nos puede abrir la puerta a resolver este tipo de dudas, los relojes nucleares. Estos relojes nos permitirán avanzar varios órdenes de magnitud en la creación de aparatos de medición del tiempo, relojes ultraprecisos para indagar en la nueva física.
Del atómico al nuclear. La nomenclatura puede llevar a confusión, y es que cuando hablamos de relojes atómicos y relojes nucleares no estamos hablando de la misma tecnología. Mientras que el mecanismo de los relojes atómicos depende del estado de excitación de los electrones del átomo; en los relojes nucleares, este depende de las partículas en en núcleo. Como su propio nombre indica.
Los relojes atómicos dependen de las transiciones en el estado de sus electrones. Cuando estos absorben energía, pueden dar saltos en su estado. Saltos que pueden revertirse, solo que cuando esto ocurre, es el electrón el que emite energía en forma de radiación electromagnética.