Si hablamos de
sedentarismo y tarea física, la conclusión es clara: la tarea física multiplica la salud, primero porque eliminamos el
sedentarismo y segundo por los beneficios intrínsecos del movimiento. El problema es que el
sedentarismo prolongado está instalado en nuestras vidas en el transporte, el lugar de trabajo, la escuela y el hogar. Existe una forma con la que sumar minutos de tarea física al día a día sin darnos cuenta aprovechando los espacios en los que pasamos un tercio de nuestra vida.
Estudios recientes sugieren que el comportamiento sedentario es incluso más importante para determinar la salud que la tarea física en sí misma. El tiempo sedentario está asociado con factores de riesgo de enfermedad cardiometabólica, algunos cánceres y mortalidad.
Por el contrario, las personas con niveles más altos de tarea física muestran menores riesgos de desarrollar síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular, diabetes, algunos tipos de cáncer, hipertensión, obesidad y problemas de salud mental.
Los niveles más altos de tarea física también parecen estar asociados con una mejor calidad de vida, menores niveles de estrés, mejor interacción social y una mejor autopercepción. Además, se sabe que la tarea física mejora las funciones ejecutivas.