Te pones los
AirPods para que nadie te agobie y empiezas a dictar en voz alta. Un email, parte de un texto, lo que sea. Pareces ocupado, centrado en una tarea, pero en realidad solo estás aparentando que trabajas en algo. Esta parece ser una de las estratagemas de muchos empleados relativamente jóvenes, de la
Generación Z, frente a las políticas corporativas de mayor control y mayor vigilancia de jefes omnipresentes.
El George Constanza de Seinfeld permanentemente tenía cara de enfadado para aparentar que siempre estaba agobiado por el trabajo. Y en realidad pajareaba más tiempo del que podía registrar. Esta productividad performativa ha adoptado un nuevo término: task masking o enmascaramiento de tareas. Una falsa conductividad. Da igual cómo lo llames, es el fingir estar ocupado de toda la vida.
Lo más interesante es que este parece ser un efecto de choque. Tal y como revela un artículo reciente publicado por The Guardian, "con el aumento de las demandas de los empleadores para volver a la oficina tras la pandemia, la
Generación Z está adoptando el "task masking", fingiendo productividad mientras apenas trabajan". Y ya lo documentó Forbes: la tendencia está creciendo un montón, al nivel de convertirse en una popular tendencia de TikTok.
Recordemos el contexto: en 2020 el mundo se paralizó.