La guerra comercial entre Estados Unidos y
China está desarrollándose a golpe de controles de exportación. Mientras que
Washington restringe el envío de semiconductores avanzados y otras tecnologías de vanguardia,
Pekín responde limitando el acceso a recursos estratégicos. Sin embargo, Japón no ha dudado en advertir que las repercusiones de esta confrontación pueden ir más allá de estas dos potencias.
Financial Times señala que tanto el Gobierno japonés como las empresas del país están alarmados por las recientes medidas del gigante asiático, que podrían marcar el origen de una declaración de guerra económica contra el resto del mundo Japón, el mayor consumidor global de germanio, grafito y galio, sigue recibiendo estos minerales críticos, pero teme de que
China limite aún más su suministro.
China quiere evitar que el galio, cuyo suministro controla en un 98%, impulse aplicaciones militares en Estados Unidos. Y no solo lo está tratando de hacerlo de manera directa con los controles de exportación, sino además de manera indirecta con los controles de reexportación, que buscan limitar el envío de productos que contienen este elemento, pero las reglas de juego no están claras en este momento.
El galio chino se encuentra en piezas fabricadas en Japón e importadas por Tesla, así como en componentes de comunicación óptica de Broadcom y semiconductores empleados en los dispositivos de Apple.