Desde su estreno en 1996, la saga de películas de 'Scream' se ha mantenido como una franquicia que no solo aterra, sino que juega con la fórmula del cine de horror gracias a su mezcla de humor y sátira hacia los propios clichés del género lo que la convirtió en una serie única. Ahora, luego de años de secuelas y un reinicio, su nueva entrega surge en un panorama cinematográfico cambiante que, en definitiva, ha llamado demasiado la atención, tanto que, incluso a continuación de la fecha de Halloween se ha coronado como una de los filmes más vistas de Netflix en México.
Este film lleva la acción a Nueva York, un cambio radical para esta entrega de 'Scream VI', que tradicionalmente se ambientaba en los suburbios de Woodsboro. Este cambio de localización es un refrescante respiro con la gran ciudad como un entorno opresivo, donde Ghostface puede esconderse en las masas y perderse en el caos de una urbe que nunca duerme. Esto amplía el campo de juego para el asesino y eleva la tensión: ya no estamos en casas rodeadas de árboles y jardines, sino en callejones, estaciones de metro y edificios altos en donde la tensión parece intensificarse.
Para los seguidores de 'Scream', la presencia de personajes icónicos como Gale Weathers es una promesa cumplida. Sin embargo, 'Scream VI' intenta dejar de depender de su legado y dar espacio a nuevas caras, especialmente al grupo de "los cuatro de Woodsboro", quienes sobrevivieron a los ataques de 'Scream V'.