Cada vez son más las aplicaciones para iPhone que pese a ser gratis en su descarga, nos cobran una suscripción para poder usarlas. Estos pagos recurrentes pueden ser mensuales, anuales e incluso quincenales o semanales. Son muy lícitos y legales, por supuesto, pero a veces nos descuidamos y nos acaban cobrando sin que estemos ya usando la app.
Lo bueno es que la inmensa mayoría de esas apps permiten disfrutar de un periodo gratuito, aunque tienen trampa.