Quentin Tarantino es uno de los grandes directores de Hollywood de los últimos años, pero quizá su faceta como guionista destaca aún más que la de realizador. A fin de cuentas, sus dos Óscar son por haber escrito 'Pulp Fiction' y 'Django desencadenado', pero, curiosamente, fue con los problemas que tuvo uno de sus libretos donde aprendió una de las mayores lecciones de su carrera.