Las baterías de estado sólido son una de las mejores bazas del coche eléctrico para consolidarse definitivamente. Y es que prometen. Prometen mucho. Hasta un 50% más de autonomía, una vida útil más larga y una carga hasta seis veces más rápida, entre otras mejoras contundentes. Hoy en día están involucrados en su desarrollo algunos de los gigantes de la industria de la automoción, por lo que esta innovación no puede permitirse no prosperar.