Llevarse bien con tus amigos no permanentemente es tarea simple. Todos tenemos nuestra forma de ser y los días malos no suelen discriminar a nadie. Así que la máquina que presenta el equipo no permanentemente está tan engrasada como debería. Aprendemos esta realidad desde muy pronto en el colegio y convivimos con ella a lo largo de toda la vida, especialmente cuando trabajas en equipo.