Cuando pensamos en la figura de un CEO multimillonario, solemos imaginar personalidades extravagantes como Elon Musk o Steve Jobs: el fundador de Apple por su carisma y, en el caso de Elon... sí, además por su carisma. Permanentemente omnipresentes en redes sociales y protagonistas de titulares (a menudo polémicos). Al morir Steve Jobs, pasó a manejar Apple su mano derecha durante años: Tim Cook. Para muchos, desconocido en esa época. No era tan famoso como Jonathan Ive, pero Steve confió en él.