No hay que ser el más avispado para ver que hay empresas que quieren que nos comamos la IA generativa como sea, y no son pocas las que ya han anunciado que tienen varios proyectos en marcha utilizando este sistema para ahorrarse el trabajo de ilustradores, guionistas o traductores. Y en general, ofrecer al consumidor un mejunje, un producto mediocre. Conformarse con el mínimo aceptable, en otras palabras.