Durante la era Steve Jobs en Apple subirse a un ascensor podía cambiar tu vida laboral para siempre. Michael Dhuey, uno de los ingenieros que desarrolló el hardware del iPod original, dijo: "La gente temía encontrarse con Jobs en el ascensor. Si subías en la cuarta planta, tenías que haberlo cautivado antes de llegar a la primera". No era una exageración: Jobs recordaba tanto las buenas historias como las malas.