Su desarrollo ha costado a la NASA 3,000 millones de dólares al año. Cada lanzamiento supondrá otros 2,000 millones. No es una novedad que el cohete SLS fabricado por Boeing sea visto como una opción cara y anticuada frente a la Starship de SpaceX o el New Glenn de Blue Origin. Pero teniendo en cuenta que estos no están listos para volar a la Luna, la cancelación del SLS no era algo con lo que Boeing contara... hasta ahora.
Una reunión de seis minutos.