María Branyas, la mujer que ostentó el título de persona más longeva del mundo hasta su fallecimiento a los 117 años, ha sido objeto de un detallado estudio científico cuyo objetivo era desentrañar los misterios de su extraordinaria longevidad. Investigadores de distintas disciplinas analizaron su genoma, microbioma, metabolismo y otros factores biológicos para comprender cómo su organismo logró mantenerse saludable hasta una edad tan avanzada.