Además de atrapar a millones de espectadores, las series de televisión de éxito han demostrado tener un poder inesperado: convertir en destino turístico de moda sus localizaciones.
Más allá de sus tramas o personajes, los paisajes que aparecen en ellas se convierten en un actor más y en objeto de deseo para millones de turistas ansiosos por vivir las mismas experiencias que los protagonistas de la serie.