Muy, muy poquitos son los que han sabido entender la auténtica esencia de Star Wars -y lo que esperan sus fans de ella- tras el principio de la era Disney. Y no es tanto una cuestión de desgaste de la marca, sino de retener aquello que hace que aquella galaxia muy lejana sea especial. Respawn lo logró en los videojuegos con las dos entregas de Star Wars Jedi y ahora vuelve a la carga con una apuesta muy diferente, pero no por ello menos interesante: Star Wars Zero Company.

Desde que Diablo IV comenzó su andadura ha pasado por sus más y sus menos, con temporadas que han cautivado a los jugadores y otras que han sido rechazadas por completo, pero en general la comunidad está muy descontenta con el estado en el que se encuentra el RPG de acción. Aun así, a pesar de las críticas que puedan surgir, Blizzard tiene claro que no se piensa rendir con el juego.

La apasionante industria del hardware gaming ha avanzado tanto en los últimos años que cada vez es más frecuente encontrarnos con compactos dispositivos con los que podemos optar a un rendimiento casi tan alto como con uno de sobremesa. Si echamos un vistazo al mercado actual, podremos localizar una interesante variedad de consolas portátiles que cada vez son más potentes y nos permiten disfrutar de un gran resultado en todo tipo de videojuegos.

A veces el éxito de una consola no depende de su hardware, sino de cuándo y de qué manera son lanzados y de cómo son arropadas por su fabricante. Puede ser una obviedad, pero el mejor ejemplo de esto último lo tenemos en la PlayStation Vita. Muchos de nosotros consideramos que, quizás, se lanzó demasiado pronto ofreciendo funciones e ideas (desde online con conexión 3G a videocámaras) que hoy es casi imposible de ver. Para Shuhei Yoshida llegó demasiado tarde. Y no le falta razón.