No tengo la menor duda de que una de las grandes virtudes de 'Daredevil: Born Again', y lo que probablemente la convierte en la mejor producción de Marvel Studios desde que culminó la Saga del Infinito es el modo en que se aleja de lo multiversal y lo cósmico para, igual que lo hizo en su momento la serie de Netflix centrada en el mismo personaje, apostar por el realismo dentro de los márgenes de la ficción superheróica y lo terrenal.