Australia es un país peculiar. No tanto por su cultura, sino porque se ha convertido a ojos del resto del mundo en, prácticamente, un meme. Y lo es debido a la curiosa variedad de fauna con la que cuenta, siendo una broma recurrente eso de que cualquier bicho que te encuentres será enorme y podrá matarte. Entre ellos, están los
cocodrilos, que no son tan exóticos, pero tienen sitiado a un pueblo entero.
La ironía. Puede que lo estuvieras pensando, y así es: Darwin se llama así en honor al naturalista Charles Darwin. Se fundó en 1869 y, en su corta historia, ha tenido que ser reconstruida en un par de ocasiones. Una, debido a un bombardeo japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La otra por la acción de un ciclón. Tiene 150,000
habitantes y es la capital más poblada del Territorio del Norte del país, pero gran parte de su población no camina sobre dos piernas.
En 1788 los ingleses llevaron cinco vacas a Australia. Sin saberlo, activaron una "bomba de relojería" que explotó 200 años luego
Larrakia. Darwin está ubicada en un enclave privilegiado para el deporte al aire libre, sobre todo para quien disfrute de los deportes marítimos. Sin embargo, esa exposición al mar y a uno de los pocos ríos del país tiene letra pequeña: una población de
cocodrilos apabullante. Hoy en día, se estima que hay más de 100,000
cocodrilos en los alrededores de la localidad, pero hasta hace no mucho, la situación era completamente distinta.