El próximo 30 de septiembre, la central térmica de Ratcliffe-on-Soar, en Nottinghamshire, la última central eléctrica de carbón en Inglaterra, dejará de funcionar definitivamente.
No sé si es fácil transmitir la importancia de un hecho como ese: hablamos de Inglaterra, que durante ciento cuarenta años ha dependido del carbón para su generación eléctrica, cerrando la última de sus centrales de carbón.