Todos nos proponemos lo mismo cuando heredamos o compramos un Mac nuevo o que ha sido recién formateado: empezar a usarlo sin cometer yerros de principiante y alargar su rendimiento óptimo todo lo que se pueda. Que esté limpio y que vaya como un rayao. No es un objetivo baladí, porque una serie de hábitos y consejos pueden lograr eso y que tu Mac dure tranquilamente una década.