felices

La alegría parece ser el objetivo destacado de la vida moderna, pero los estudios sugieren que obsesionarnos con alcanzarla puede tener el efecto contrario.

Hace cinco años ahora millones de personas estaban empezando a probar "las mieles" del teletrabajo. Millones de personas iban a sustituir el tráfico diario, los apretones en transporte público por levantarse, hacerse un café y con el mismo pijama, sentarse delante de su ordenador.

La pandemia comenzaba a preocupar y estaba a punto de confinarnos.

En el ocaso de la edad de oro de los salones recreativos la felicidad de toda una generación de jóvenes enamorados de los videojuegos era tener una consola conectada a la tele, una copia del último FIFA (por ejemplo) y dos mandos para picarte con tu hermano o tus amigos a continuación de clase. Y ojo, que si ya tenías un Multitap podías organizar partidas de hasta ocho, incluso cuando la pantalla era ridícula.

Las cifras son apabullante: un 70% de personas reconoce ser feliz en su trabajo, de acuerdo con el II Documento Mundial de alegría en el Trabajo elaborado por Happyforce y la fundación World Happiness. Y hay más: uno de cada cuatro personas trabajadoras asegura ser muy feliz.

Desde fuera podría parecer que las batallas finales de Goku están cortadas por los mismos patrones: un enemigo muy fuerte parte con ventaja abrumadora, asoma un nueva transformación y cambian las tornas. Sin embargo, el clímax de Dragon Ball Daima es único. De hecho, es verdaderamente especial.

¿Te imaginas a Steve Jobs aceptando que Android, el "enemigo número uno", tuviese acceso a sus servicios exclusivos? Probablemente no. Pero los tiempos han cambiado, y hoy Apple rompe con esa filosofía al lanzar la app oficial de Apple TV+ en smartphones Android. Ahora, millones de clientes de dispositivos como Samsung, Xiaomi o cualquier otro con sistema Android podrán disfrutar de series como Separación, Silo o Ted Lasso sin necesidad de recurrir al navegador.

La gran estrategia por turnos se escribe hoy con "C" mayúscula. Civilization VII supone el retorno de una saga de culto con más de tres décadas de lecciones aprendidas, esbozando una sonrisa en generaciones de fans cada vez que se autoengañan al decir aquello de "un turno más y lo dejo". Porque ya te adelanto que rara vez ese último turno es el que nosotros nos proponemos.

"¿Dónde está mi chiquitillo", esa frase que bien se la podríamos decir a un hijo o a un niño pequeño, además es muy utilizada al hablarle a nuestro perrete (si has asentido con la cabeza, sabes de lo que te hablo). La interacción con las mascotas llega a ser en muchos casos como la que tendríamos con otro humano, pero con un tono y mensajes diferentes.