En el siglo XXI, los teléfonos inteligentes se han convertido en una herramienta indispensable en la vida cotidiana. Sin embargo, está comenzando a generar tensiones entre los clientes. Según datos de
Statista, en España casi el 50% de los clientes de smartphones pasa entre una y cuatro horas diarias conectado a internet desde su móvil, mientras que algo más del 4% supera las ocho horas diarias frente a la pantalla. Esta constante conexión, sin embargo, no siempre se traduce en mayor felicidad o productividad.
El Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital, enfocado en jóvenes españoles de entre 18 y 35 años, revela que el 75,5% de ellos se ha planteado reducir el tiempo que dedica al uso del móvil, y un 56,5% ha considerado realizar una desintoxicación digital. En este contexto, los llamados
dumbphones están ganando popularidad. Estos dispositivos, que carecen de conexión a internet y limitan su funcionalidad a llamadas, SMS y juegos básicos, ofrecen una vuelta a la sencillez de los años noventa, ayudando a los clientes a desconectarse del mundo digital y recuperar el control sobre su tiempo.