Está todo inventado, dicen. El modelo freemium es una buena prueba de ello: desde hace tiempo es habitual que podamos jugar a videojuegos o utilizar aplicaciones software gratis. Pero claro, no son las versiones completas, sino ediciones básicas y capadas. Así que puedes seguir aprovechándolas gratis si no necesitas más, pero si pasa lo contrario empieza el problema, porque toca pasar por caja.
Eso es justo lo que estamos viviendo con el mundo de la IA. Casi todos los modelos permitieron que los usáramos gratuitamente. Fue lo que pasó con ChatGPT, Gemini, Copilot o Claude.
Con el tiempo las empresas responsables de desarrollar esos modelos fueron lanzando versiones más potentes y de mayor
calidad, pero si querías usarlas tocaba pagar. ChatGPT Plus, Claude Pro o Copilot Pro marcaron la pauta con suscripciones de 20 dólares al mes que daban acceso a usos más intensivos y además a esos modelos y características más avanzadas.
Pero aquello no era suficiente, y OpenAI anunció la presentación de ChatGPT Pro en diciembre de 2024. Era una alternativa aún más avanzada y perfecta para los clientes intensivos, pero su precio además planteaba una barrera importante, porque no todo el mundo está dispuesto a pagar 200 dólares al mes por usar modelos de IA.