Bill
Gates es hoy un multimillonario filántropo alejado de la primera línea de
Microsoft, empresa que fundó junto a su colega
Paul Allen tras desechar otras ideas de negocio. Aunque inicialmente a
Gates le costó ver el éxito en
Microsoft en sus origenes, era el proyecto de su vida y supo llevarlo a buen puerto hasta transformarlo en lo que es hoy: la empresa detrás del sistema operativo para ordenadores hegemónico durante décadas.
Pero el éxito de
Microsoft no fue fácil y a lo largo de todos estos años se ha enfrentado a nuevas tecnologías que amenazan su existencia y su competitividad, sirva como ejemplo la inteligencia artificial. En el campo de la IA,
Microsoft apostó por OpenAI desde el comienzo invirtiendo en la empresa y el resultado salta a la vista: su Copilot, con GPT bajó el capó, ya es una realidad compuesta en su mejor software.
La inteligencia artificial es solo el último ejemplo de la adaptación de
Microsoft a las novedades que acechan a sus productos y como demuestra este email interno del cofundador de
Microsoft a uno de sus colegas, no es el único ni mucho menos: en 1996 lo que le quitaba el sueño a Bill
Gates era Java.
En esta conversación de la que se hace eco Internal Tech emails, Bill
Gates intercambia comunicación con el entonces director de tecnología de
Microsoft, Nathan Myhrvold, que además está detrás de cientos de patentes.