Mi columna de
Invertia de esta semana (la de ayer fue un extra) se titula «Nvidia y el cambio de era» (pdf), y es un intento de explicar a los más despistados que la increíble evolución de la cotización de
Nvidia, que algunos afirman que podría alcanzar pronto la cifra nunca vista de cuatro billones de dólares de capitalización, no responde únicamente a las cualidades de la compañía, sino a toda una nueva era en tecnología.
Del mismo modo que Yahoo!, entró en el S&P 500 y convirtió a los afortunados que lo habían visto a tiempo en millonarios, es destacado entender que ese tipo de fenómenos, a ese nivel, no reflejan únicamente la habilidad de una compañía para estar en el momento y el lugar adecuado, sino también el convencimiento del mercado de que estamos ante una tecnología que define una nueva era, que vamos a ver reyes muertos y reyes puestos, y que además, las ganancias en eficiencia van a llevar al mercado a un nivel diferente, en el que se puede justificar perfectamente que una compañía valga cuatro billones de dólares. Lo que a finales de los â90 representaba internet, ahora lo representa la inteligencia artificial.
Nvidia ya no necesita presentaciones. Una compañía que hasta hace no mucho era relativamente oscura y conocida únicamente por expertos y gamers, ahora es ya reconocida por todos, y se ve como la empresa que vende esos procesadores que consiguen que los algoritmos generativos funcionen de manera diferencialmente más rápida.