El entrenamiento de fuerza realizado por los adultos mayores es fundamental para un envejecimiento saludable, o lo que es lo mismo, mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Una infografía de la prestigiosa
British Journal of
Sports Medicine resume las variables validadas por la ciencia que debe seguir un entrenamiento en esta población de mayores de 60 años.
El ejercicio físico está asociado con numerosos resultados positivos para la salud, incluida la reducción de la mortalidad por todas las causas, una menor incidencia de diabetes mellitus y una mejor salud cardiometabólica, musculoesquelética y mental.
El entrenamiento de fuerza ayuda a mantener la capacidad funcional y la independencia, reduce el riesgo de caídas y ayuda a controlar las afecciones relacionadas con la edad, como la sarcopenia, la osteoporosis, la fragilidad, la demencia y el deterioro cognitivo leve.
además mejora la función cognitiva y la composición corporal. A pesar de estos beneficios, entre el 70 y el 90 % de los adultos en todo el mundo no alcanzan los niveles recomendados de ejercicio de fuerza, y las personas mayores tienen menos probabilidades de cumplir con las pautas mínimas.