Esto es gravísimo, cada vez más omnipresente:
Amazon acaba de ser denunciada por un grupo de ciudadanos, en una class action o demanda colectiva,
Kolotinsky v.
Amazon.com, por espiar deliberada e intencionadamente a millones de clientes a través de un componente de un kit de desarrollo de software (SDK) facilitado a decenas de miles de desarrolladores de aplicaciones de todo tipo,
Amazon Ads SDK, en el que se incluía un componente que facilita a la compañía una puerta trasera para lograr datos de geolocalización con sus correspondientes datos de fechas y horas.
Esto ha permitido a la compañía recopilar una ingente cantidad de datos sobre dónde viven, dónde compran o qué sitios visitan los consumidores sin ningún tipo de consentimiento, lo que obviamente es susceptible de revelar todo tipo de información confidencial, desde afiliaciones religiosas a orientaciones sexuales o problemas de salud, que la compañía no ha tenido ningún problema en utilizar y, además, comercializar.
Es verdaderamente complicado rastrear todas las aplicaciones que pueden en algún momento haber incluido el SDK de
Amazon, porque ofrece a los desarrolladores una forma de monetizar cuando sus usuarios gratuitos simplemente reciben anuncios en una zona de la app, un comportamiento al que estamos completamente acostumbrados.