Estamos siendo testigos de una guerra comercial sin precedentes mientras intentamos, en la medida de lo posible, entender hasta dónde puede llegar. Las maniobras de la administración
Trump están siendo tan drásticas como imprevisibles: en apenas una semana, ha pasado de imponer aranceles recíprocos a decenas de países sin hacer distinción entre aliados o competidores a class="text-outboundlink" href="https://www.xataka.com/empresas-y-economia/casa-blanca-acaba-elevar-arancel-a-china-al-125-economia-global-entra-terreno-inexplorado" data-vars-post-title="Estados Unidos da un respiro a la economía mundial: algunos aranceles quedan pausados durante 90 días" data-vars-post-url="https://www.xataka.com/empresas-y-economia/casa-blanca-acaba-elevar-arancel-a-china-al-125-economia-global-entra-terreno-inexplorado">a suspenderlos para abrir un periodo de negociación.
Ese giro ha dado algo de oxígeno a la economía global, que ya estaba notando las consecuencias. Pero el caso de
China es diferente. Allí no hay tregua. Pekín ha visto cómo se disparaban los gravámenes a sus exportaciones hacia Estados Unidos. Y en medio de este nuevo escenario, la inquietud es inevitable: ¿qué sectores están en la línea de fuego?
Ya hemos hablado del tecnológico, con Apple a la cabeza. La compañía ha empezado a enviar desde la India miles de iPhone hacia Estados Unidos para esquivar parte del impacto arancelario.