Limpiar la
casa de manera regular para eliminar la suciedad, los restos de basura o de comida y evitar la proliferación de hongos, bacterias y otros microorganismos patógenos resulta fundamental. Sin embargo, una
casa demasiado limpia no siempre es lo mejor y los científicos
explican por  qué.
Tanto en el intestino como en nuestra piel y en otras partes de nuestro cuerpo tenemos bacterias que ayudan al buen funcionamiento del sistema de defensas y se comunican constantemente con nuestro cerebro.
Así, según un reciente estudio publicado en Nature Reviews Microbiology, el microbioma humano influye y es influenciado por el entorno en el que vive. Así, el microbioma de una
casa está formado por todos los que viven en ella, incluidos los animales, los alimentos propios del suelo, el agua, el aire y otros; que se relacionan constantemente con los microorganismos de nuestro cuerpo.
Entonces, estar expuestos a determinados microorganismos hace que estos resulten familiares para la microbioma humana y que nuestro sistema de defensa no reaccione inmediatamente produciendo por ejemplo, alergias.