La llegada de la inteligencia artificial generativa provoca, como hemos comprobado en artículos recientes, muy interesantes debates sobre el futuro del
trabajo en el sector tecnológico. Ahora, unas recientes proyecciones del
Bureau of
Labor Statistics (BLS), que viene a ser el brazo de investigación del
Departamento de
Trabajo de los Estados Unidos, nos invitan a repensar viejos temores y a vislumbrar nuevas oportunidades: según algunos analistas, es muy posible que los trabajadores tecnológicos tengan muchos menos causas para preocuparse de lo que muchos parecían creer.
El estudio viene a analizar cómo la inteligencia artificial afectará las proyecciones de empleo en la próxima década, y los datos hablan por sí solos: se prevé un incremento del 10,5% en el empleo dentro del sector de servicios profesionales, más del doble del esperado para el promedio nacional. En un contexto en el que se teme una ola de automatización, estas cifras sugieren que tanto el auge de la digitalización como la necesidad de una fuerte transformación tecnológica van a seguir demandando profesionales altamente cualificados. Según los propios investigadores del
Bureau of
Labor Statistics, «aunque es posible que las mejoras en productividad inducidas por la inteligencia artificial puedan superar la demanda laboral continua, no existe evidencia clara que pueda sustentar esa idea».