A lo largo de los últimos meses o incluso años, hemos sido testigos de una serie de acontecimientos que ponen de manifiesto la creciente obsolescencia de
Google, hace tiempo un líder indiscutible de la innovación tecnológica.
La compañía, que en su momento fue capaz de revolucionar la forma en que accedíamos a la información, ahora se encuentra cada vez más acosada por los reguladores, atrapada en un modelo de negocio anticuado cada vez más objeto de críticas, y lo que es peor, sin una alternativa clara a la vista. ¿Qué factores han determinado que una compañía como
Google, que en su momento llegó a ser el sitio en el que cualquiera de mis estudiantes brillantes querían plantearse una carrera profesional, se haya convertido en lo que es hoy?
Google se enfrenta a múltiples desafíos que amenazan su posición dominante: por un lado, un incremento sostenido de la presión regulatoria, con un Departamento de Justicia de los Estados Unidos que está considerando la posibilidad de dividir la empresa, citando preocupaciones antimonopolio, y casos abiertos también en otros países.
Google, ha llegado incluso a apelar a la «seguridad nacional» para evitar esta medida, sin dar ningún tipo de explicación clara a esa preocupación, mientras apela a su nuevo amiguete, Donald Trump, para que evite con una de sus arbitrariedades un desenlace que no puede tener más lógica.