"¿Ya has comido?" Esa era la frase que siempre me decía mi madre cuando llegaba del instituto y devoraba el plato de comida que había en la mesa. Por aquel entonces tenía un peso muy superior al que me correspondía. ¿Pudo tener algo que ver comer tan rápido con el exceso de peso? Sí, pero la evidencia científica ha estudiado cómo afecta al gasto de calorías comer más lento, degustar los alimentos y masticar más.
Hace un siglo, descubrió que la estrategia de masticar bien los alimentos podía advertir el aumento de peso, y difundió su estrategia en todo el mundo.
Muchos estudios posteriores han indicado que comer lentamente, que implica masticar los alimentos lenta y completamente, es una estrategia eficaz para avisar el sobrepeso y la obesidad, y que la velocidad de la alimentación se asocia con la composición corporal.
Comer lentamente también tiene el efecto de aumentar la termogénesis inducida por la dieta, o lo que es lo mismo, gastamos más energía en la digestión, absorción, transporte, metabolismo y almacenamiento de alimentos al masticar lento y un numero elevado de veces.
Un estudio de la revista Nature Scientific Reports fue el primero en comprobar los efectos de los estímulos orales (es decir, la duración de la degustación de alimentos en la boca y la duración de la masticación) sobre la termogénesis inducida por la dieta.