Val
Kilmer hizo de todo. Lo intentó todo por dominar el arte de la actuación y demostrar que era tan bueno en lo suyo como cualquier otro. Empezó su carrera con carcajadas, demostró su versatilidad y trabajó con grandes directores, se ganó fama de actor difícil y tuvo que retirarse por un cáncer de garganta, rompiéndonos el alma con una despedida en pantalla dolorosa y valiente. Su vida acabó trágicamente el pasado 1 de abril a causa de una neumonía. Murió con sólo 65 años.
Nunca le nominaron al Óscar, aunque hizo suficientes trabajos memorables para merecerlo. Da igual porque ganó el corazón del público, que es más destacado que cualquier premio inventado por la industria. Desde los años 80 hasta que ya no pudo más, hasta que perdió su voz y tuvo que dejar la profesión que amaba. Permanentemente me cayó bien, desde que vi sus primeras filmes siendo niño, me gustaba verle en pantalla y fue destacado en mi educación como apasionado del cine. Era un actor diferente, carismático, aportaba algo especial.
Como suele decirse, permanentemente nos quedarán sus filmes. Y al repasar la carrera de
Val Kilmer, me quedo con estas 11 razones por las que permanentemente le estaré agradecido como espectador y le recordaré con cariño como un actor único.