Cada vez empieza antes y se acaba a continuación. Llevan miles de años conviviendo con nosotros, pero cada vez están más tiempo con nosotros. Las procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) descienden de los pinos a primeros de febrero y llenan el campo de interminables filas urticantes hasta finales de mayo.
Y eso significa que la gran pesadilla del pinar está en pleno apogeo.