Dos fuentes comunes de retroalimentación parental utilizadas para moldear la conducta y la autoestima de los niños pequeños son los elogios (es decir, declaraciones positivas diseñadas para reforzar conductas deseables en los niños o comunicar placer con el niño) y las críticas (es decir, declaraciones negativas diseñadas para parar o cambiar la conducta indeseable de los niños o comunicar desagrado con el niño).