Cada vez empieza antes y se acaba a continuación. Llevan miles de años conviviendo con nosotros, pero cada vez están más tiempo con nosotros. Las procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) descienden de los pinos a primeros de febrero y llenan el campo de interminables filas urticantes hasta finales de mayo.
Y eso significa que la gran
pesadilla del pinar está en
pleno apogeo. ¿Qué es lo que hay que saber sí o sí sobre estos peligrosos insectos? ¿Qué hacer si entramos en contacto con ellas o lo hace nuestro perro?
¿Qué son exactamente las procesionarias del pino? Aunque en el imaginario popular "procesionaria" es igual que "oruga urticante", estos insectos son en realidad polillas o mariposas nocturnas con un ciclo de vida muy interesante. Esto es interesante porque, en sentido estricto, no son plagas.
Por lo que sabmeos, las procesionarias no matan a los pinos. Las origas solo se alimentan "las acículas y no tocan la base de las hoja (yema)": eso hace que los árboles se debiliten, sí; pero la capacidad de recuperación es enorme.
Problemas para todos. Porque, cualquier ser vivo que se mueva por un pinar corre peligro de verse afectado por ellas. No hay que olvidar que, como explicaba Mar Fernández Nieto, alergóloga de la Fundación Jiménez Díaz, "cada oruga dispone a lo largo de su cuerpo de unos 500,000 pelos de pequeño tamaño, muy urticantes, y que pueden desprenderse con facilidad".