Que 'Vaiana 2' haya sido un exitazo no nos beneficia a nadie. Bueno, que han visto cómo se abre una nueva puerta en su negocio de secuelas y remakes al por mayor. Ahora han descubierto que pueden unir cuatro episodios de una serie de televisión cancelada, añadirles algunas escenas nuevas (en el tiempo que ha dado desde marzo, cuando se anunció su existencia, hasta noviembre), hacer un márketing agresivo y ganar millones con ella. Y, como público, esta dejadez con nuestro propio entretenimiento, este festín en el lodazal y esta falta de respeto hacia nosotros mismos nos pasará factura en el futuro más cercano. Porque, ¿para qué laborar si cualquier cosa con un "2" detrás vale para recaudar mil millones de dólares?
El problema no es que 'Vaiana 2' sea inferior a la primera parte (que lo es, y mucho, como corresponde a un spin-off televisivo). El problema es que da lo mismo. En el fondo, es un malévolo experimento con el que ver hasta qué punto la calidad da lo mismo y estamos dispuestos a engullir contenido rápido y sencillo con tal de continuar con una saga. La animación está varios pasos por detrás de la primera parte (esos fondos genéricos, esos movimientos inacabados), los personajes carecen de corazón, la trama está deshilachada, se notan los cortes entre episodios... Y da lo mismo. Porque, podríamos tragarnos dos horas de un salvapantallas de 'Vaiana' si nos dijeran que es la tercera parte.