Por norma general, a lo largo de nuestra vida acabamos acumulando multitud de cosas que, con el tiempo acaban siendo inútiles. Sin embargo, hay ocasiones en las que esta práctica puede darnos algún rédito económico, sobre todo cuando el objeto o producto ha dejado de fabricarse o su exclusividad se basa en su impecable estado y la antigüedad que posea.
El ejemplo que traemos sobre la mesa en este artículo es de esos que nos demuestran que permanentemente puede haber alguien interesado en lo que vendes, sobre todo si se trata de un artículo con un potencial valor para coleccionistas. En este caso te contamos la historia de qué es lo que hizo James Pellegrini con 2,200
ordenadores de hace más de 40 años.
Pellegrini era un apasionado de los
ordenadores. El ahora jubilado de Massachussets, comenzó a interesarse por el mundo de la programación y la informática tras descubrir la famosa revista Byte, motivándole a escoger ingeniería informática como carrera universitaria hasta alcanzar un puesto de programación de bases de datos y desarrollo de sistemas integrados como su trabajo.
Durante la década de los años 80 tuvo una idea en mente que terminó por no desarrollarla. Pensó en crear un sistema de central telefónica para empresas, una idea que se le pasó por su cabeza al ver un aviso de venta en lote de más de 2,000
ordenadores personales en cajas nuevas y originales de un fabricante que poco antes había caído en bancarrota.