A estas alturas es probable que ya estemos más o menos familiarizados con los hongos del género cordyceps, un grupo de hongos que infectan a hormigas y las controlan, convirtiéndolas en una suerte de zombies. Estos hongos han protagonizado algunas ficciones, quizás la más reseñable en el videojuego
The Last of Us y sus obras derivadas.
Arañas infectadas. Un equipo de investigadores ha anunciado el descubrimiento de una nueva
especie de
hongo a la que han denominado Gibellula attenboroughii. Este
hongo es capaz de tomar el control del cuerpo de su víctima, que en este caso no es una hormiga, sino oto tipo de artrópodo: las arañas de la
especie Metellina merianae.
Gibellula attenboroughii. El modus operandi de estos hongos muestra algunas semejanzas con las especies de cordyceps y ophiocordyceps a las que se denomina popularmente como hongos zombie ya que no solo infectan a algunos insectos, sino que llegan a tomar el control del cuerpo de estos para hacer que se desplacen a lugares propicios para diseminar sus esporas.
Esto es lo que hace G. attenboroughii: forzar a las arañas a las que infecta a salir de sus escondites y dirigirse a partes más abiertas de la cueva que suelen habitar, bien a las paredes bien a la bóveda o techo de esta. Una vez ahí el
hongo puede asentarse y esparcir sus esporas, que son diseminadas por las corrientes de la cueva hasta alcanzar a nuevos ejemplares de la araña.