En un mundo donde la búsqueda de información en Internet es un campo que
Google domina con contundencia (aunque cada vez más amenazado), resulta complicado imaginar los primeros días de Internet, en los que 'http://google.com' no existía, y localizar una página web no se basaba en algoritmos de búsqueda avanzados, sino que era una tarea que requería ingenio, paciencia y, a menudo, una buena dosis de suerte.
Tim Berners-Lee creó la World Wide Web en 1990 con el objetivo de conectar y organizar información científica. Pero el rápido crecimiento de la WWW hizo evidente que los clientes necesitarían herramientas para localizar páginas específicas entre miles, luego millones, de sitios en constante expansión.
En los primeros días, los métodos de navegación eran básicos: listas manuales de sitios web y directorios temáticos fueron las primeras soluciones. Uno de los primeros directorios populares fue la 'World Wide Web Virtual Library', creada por el propio Berners-Lee en 1991.
Esta biblioteca virtual organizaba (u organiza, porque sigue online) enlaces en categorías temáticas, y aunque era rudimentaria, marcó el inicio de los intentos por organizar la información en Internet.