En los inicios de la historia del cine no había
dobles de acción, porque no había estrellas. Si se necesitaba a alguien que montara en un caballo o que hiciera acrobacias a cien metros de altura, había un montón de chicos jóvenes recién salidos de la guerra que necesitaban trabajo y estaban dispuesto a hacerlo por muy poco dinero e incluso de manera totalmente gratuita. Sin embargo, los
dobles de acción acabaron condenados al olvido por parte de la industria. Y ya iba siendo hora de hacerles justicia.
La Academia de los
Óscar ya ha anunciado que en el 2028, tendremos nuevo premio: el de mejor diseño de stunts. O sea, de escenas protagonizadas por
dobles de acción. Y, a continuación de un siglo ignorando a aquellos que se juegan la vida -y las costillas- para que otros luzcan bien en pantalla, es lógico que se les diera un reconocimiento que llevaban pidiendo desde hace muchísimo tiempo y se merecen. Solo hay un ligero problema, y es el mismo que estáis pensando todos: si las galas ya son largas, ¿cuánto van a durar ahora?
Todo esto viene de largo, claro, no ha sido una decisión caritativa: la Academia llevan años tratando de meter blockbusters en su ceremonia como sea para atraer al público que jamás vería la gala por gusto.